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El gusto es suyo: con Eva García y Pedro Francisco Castillo de Casa Coscolo (Castrillo de los Polvazares, León)

Hoy, el cocido se reinventa: tradición, fuego y producto desde Casa Coscolo.

Hoy nos reciben Eva y Pedro, alma de Casa Coscolo, ese lugar donde el cocido maragato se cuenta al revés y se siente distinto. Un restaurante con más de 25 años de historia, Bib Gourmand y con un Solete Repsol, donde todo —del embutido al ahumado— se hace en casa. Tradición maragata, producto propio y un cocido que ya es suyo: el Cocido Coscolo.

La mañana se abre paso entre los tejados rojizos de Castrillo de los Polvazares como si alguien hubiese pulido el aire. Todo aquí parece detenido en un punto exacto entre la piedra, el silencio y el tiempo. El pueblo —uno de los más bellos de la comarca maragata— guarda intacto ese pulso antiguo que dejaron los arrieros: un ritmo lento, casi ceremonioso, que aún se reconoce en la manera de caminar por sus calles o en el modo en que cada casa mira hacia dentro.

En una de ellas, una casona de muros gruesos y color caldero, Eva y Pedro levantaron hace más de 25 años su sueño: Casa Coscolo, hoy distinguido con Solete Repsol y Bib Gourmand de la Guía Michelin. Pero más allá del ruido de los focos, la intención nació del deseo de cocinar como se vive aquí: con paciencia, con raíces, con verdad y con la mirada puesta en lo propio.

El Cocido Maragato es el centro de gravedad. Un plato que Castrillo convirtió en liturgia y que, desde la época de los arrieros, se sirve al revés: primero las carnes, luego los garbanzos y por último la sopa. Pero en Coscolo suceden cosas que, si no te cuentan, quizá solo adivines: embutidos propios, curaciones hechas en casa, carnes ahumadas y adobadas por ellos mismos y gestos que afinan el conjunto sin restarle alma. Pedro —navarro de origen, maragato por convicción— introduce matices que suman: como su “mojo maragato”, una salsa aromática con hierbas de la zona que acompaña a los garbanzos y despierta el plato sin traicionarlo. Si no sabes lo que es, estás tardando en reservar.

Por eso lo llaman Cocido Coscolo, porque lleva su firma, pero también el paisaje entero. Y lo sorprendente, lo que desarma, es que comer aquí sigue siendo un lujo honesto, casi una rareza. Su menú de 30 € es un recordatorio de que la excelencia no tiene por qué ser inaccesible.

Cocido Coscolo con chorizo de antaño. Foto de @Casa Coscolo

Pero esta casa no se entiende solo desde la cocina. La sala importa tanto o más.
Eva lo explica con una calma que se contagia: aquí el servicio es cariño y atención al detalle. Al entrar ya imaginas lo que vas a encontrar: una carta de vinos excelente, con especial mimo a El Bierzo y Tierra de León, y la posibilidad de brindar con su propia cerveza, elaborada expresamente para ellos por Cervezas Valles del Lúpulo. Nada sobra. Todo acompaña.

Cuando el servicio se aquieta y la casona respira, Eva y Pedro comparten esas recomendaciones que dicen mucho de cómo miran el mundo: atención al detalle, amor por la artesanía, respeto por quienes sostienen el territorio. Ellos, que conocen cada carretera de la provincia, cada productor que trabaja en silencio y cada mesa donde aún mandan los guisos, nos hablan y recomiendan así:

Restaurante Brigecio — Morales del Rey (Zamora)

Para ellos, es uno de esos lugares que reivindican la cocina zamorana desde la elegancia: producto de temporada muy bien seleccionado, caza tratada con respeto, pescados frescos que sorprenden en la comarca y una carta de postres caseros donde se nota la mano artesana. “Brigencio es un pequeño restaurante con encanto Bib Gourmand, donde salir de la rutina no es olvidar la tradición”. Sala esmerada, bodega precisa, y un ambiente que invita a quedarse un rato más.

Hotel Rural Torre de los Templarios — Herrán Valle de Tobalina (Burgos)

Instalado en una torre medieval del siglo XV, rodeado de un valle silencioso a la entrada del Parque Natural de Valderejo. “Se trata de un hotelito pequeño con encanto donde Sergi y Fabián te harán desconectar y disfrutar de sus inolvidables desayunos”.
Para Eva y Pedro es ese tipo de refugio donde el paisaje y calma se convierte en una ceremonia.

Asador Villa de Frómista — Frómista (Palencia)

“Andoni Sánchez está haciendo cosas muy especiales desde la tradición”. Y es que Sánchez no ha llegado para revolucionar el establecimiento familiar, sino para hacer algo mucho más difícil: pulir y refinar lo que ya funcionaba, sin perder una sola hebra de raíz. Desde que se incorporó hace apenas unos años al asador —un negocio con más de dos décadas de historia— ha logrado un equilibrio delicado entre lo heredado y lo que él ve con claridad: producto local, técnica afinada y una ambición que desborda con mucho los límites de su comarca.

Cocinandos y Kamín (León) | El Ermitaño (Benavente)

Tres casas diferentes, las tres de referencia. “Cocinandos y Kamin (y la cocina de Mario) en León y Ermitaño en Benavente, tres estrellas imprescindibles de nuestra región”. Técnica, producto local y sensibilidad contemporánea. Lugares que demuestran la potencia culinaria de la comunidad y su capacidad para mirar adelante sin soltar el origen.

La sopa del cocido Maragato de Casa Coscolo

Restaurante Serrano — Astorga (León)

Dos generaciones trabajando juntas: padres e hijos que investigan, enseñan, organizan jornadas, y mantienen viva una cocina ilustrada que respira territorio. “Aquí podréis disfrutar de su carta y de su menú de setas. Es un referente en la comarca y en la provincia”. Ahora mismo, es parada obligatoria.

La Catedral del Barro — Jiménez de Jamuz (León)

Un maestro artesano que continúa un oficio ancestral. “En esta casa Valentín transforma el barro en arte, conservando la tradición alfarera de la zona del Jamuz”. Para Eva y Pedro, una visita imprescindible para entender la identidad material y cultural de la comarca.

La Tetera Azul — Ponferrada (León)

Infusiones con personalidad, imagen cuidada y una filosofía familiar con más de cincuenta años de oficio. “Una marca de infusiones que recupera el gusto por los pequeños momentos de placer, donde un aroma o un sabor te hacen disfrutar de nuevas sensaciones. Cada infusión es única, con su personalidad, su imagen, su color… Y todas tienen algo en común: son capaces de despertar tus sentidos”.
Aromas que viajan con lentitud. “Bea y su mano derecha Herminio están siempre a nuestra disposición para apoyarnos y guiarnos donde se les necesite”, nos confiesan.

Cecinas Falagán — Val de San Lorenzo (León)

“Se trata de una pequeña fábrica donde elaboran la cecina de forma artesanal, ahumado natural y curación con el aire frío del Teleno”. Ese sabor profundo, honesto, imposible de replicar fuera de este clima. Uno de los grandes orgullos de la zona.

Cervezas Valles del Lúpulo — Brimeda (León)

Cervezas hechas con conocimiento y raíces. “Aquí es donde Isaac nos elabora la Garimba de Coscolo —nuestra propia cerveza— además de muchas otras referencias en un entorno donde se cultivan algunos de los mejores lúpulos nacionales”. La colaboración con Coscolo habla de amistad y oficio compartido.

Churrería Flor de Trigo — Astorga (León)

La siguiente parada es un clásico local. “Este es un lugar para disfrutar de los mejores churros y el mejor chocolate a la taza, con la atención de Jorge y Desi, sus maravillosos propietarios”. Calidez, tradición y ese punto dulce que siempre devuelve a la infancia.

Tilenus de Bodegas Estefanía — Dehesas (Ponferrada)

La última de sus recomendaciones es un proyecto que respira paisaje. Aquí, Raúl Pérez, dos veces reconocido como Mejor Enólogo del Mundo, firma vinos de carácter profundo y pura expresión. “En esta amplia zona vitivinícola en la que nos encontramos recomendamos Bodega Tilenus, donde Raúl Pérez nos elabora el vino de Coscolo con la variedad Mencía y numerosas referencias que podréis encontrar en su web”. Y es que esta vieja lechería convertida en bodega de la familia Frías tiene una gama de referencias que expresan con nitidez el Bierzo.

No te pierdas las historias de El gusto es suyo con Andoni Sánchez del Asador Villa de Frómista (Palencia), Cris y Diego de Caleña (Ávila), Diego y Laura de Tiempos Líquidos (Burgos)Marina y Luis de Curioso (Peñafiel)Rubén Arnanz autor de Ancha es Castilla (Segovia)Dani Giganto: sommelier de mu•na (Ponferrada, León). Cucho Íñiguez de El Fogón de Jesusón (Burgos)Rocío y Alberto de En La Parra (Salamanca)Yolanda Rojo y Juanjo Losada, Restaurante Pablo (León)Pablo González Vázquez, La Trébede (Pobladura del Valle, Zamora)Pedro y Roberto Fuertes de El Bar (Valladolid) o con Marisa y Luis Duque, Casa Duque (Segovia).

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