Encuentros ArTe y ViNo 2025: La fusión perfecta entre vino, música clásica y arte en Valladolid
Descubre cómo el festival más exquisito de Castilla y León celebra la unión del vino, la música y el arte en escenarios históricos de Valladolid y La Seca, creando una experiencia sensorial única para los amantes de la cultura y el buen gusto.
En la fértil tierra de Castilla y León, donde las cepas del vino se entrelazan con siglos de historia, el festival Encuentros ArTe y ViNo ha consolidado un espacio único en el panorama cultural español.
Un festival que trasciende el paladar: vino, arte y música clásica en la Ribera del Duero
Este evento anual, que en 2025 celebra su decimoctava edición, es una invitación a vivir una experiencia multisensorial donde el arte en sus múltiples expresiones —la música clásica, la pintura y la arquitectura— se unen en perfecta armonía con los vinos más selectos de la Ribera del Duero.
Durante tres días, del 27 al 29 de junio, Valladolid y el cercano municipio de La Seca se transforman en un oasis cultural donde la magia de la música y la elegancia del vino crean un diálogo emotivo con el entorno. Este encuentro, que nació en 2008, hoy se presenta como una cita imprescindible para quienes buscan dejarse llevar por el poder evocador de la música y el arte en espacios emblemáticos y cargados de historia.
La dirección artística: Antonio Moral y la música que conecta tiempos y emociones
El alma musical de Encuentros ArTe y ViNo corre a cargo del director artístico Antonio Moral, cuyo compromiso es ofrecer una programación que despierte emociones profundas y conecte con la riqueza cultural de la región. Bajo su batuta, el festival despliega un repertorio que abarca desde el medievo hasta la música contemporánea, trazando un recorrido fascinante por la evolución de la música clásica.
En esta edición, la diversidad sonora se evidencia en la selección de piezas que van desde las delicadas Suites para violonchelo de Johann Sebastian Bach, hasta las rupturistas y vibrantes composiciones de Igor Stravinski, como «La consagración de la primavera». Estos conciertos no son solo una exhibición de virtuosismo técnico, sino también una invitación a viajar en el tiempo, explorando las emociones y contextos que dieron vida a estas obras maestras.
Los músicos invitados, artistas reconocidos en sus disciplinas, aportan una frescura única, haciendo que cada interpretación se sienta como una experiencia renovada, capaz de tocar el alma de cada espectador. Así, el festival no solo celebra la música, sino también su capacidad para crear comunidad y evocar recuerdos que trascienden generaciones.

Escenarios con historia: museos, iglesias y bodegas como telón de fondo
Uno de los aspectos más cautivadores del festival es la elección de sus espacios escénicos. Cada concierto se celebra en lugares que, por sí mismos, son obras de arte y testigos del legado histórico y cultural de Castilla y León.
El Museo Nacional de Escultura de Valladolid abre el ciclo el viernes 27 de junio a las 20:30 horas. Este museo, referente internacional por su magnífica colección de escultura española renacentista y barroca, ofrece un marco inigualable para la música de cámara con el concierto de La Ritirata. La combinación entre la maestría musical y la belleza escultórica crea una atmósfera cargada de misticismo y belleza.
El sábado 28 de junio, el festival se traslada a La Seca, villa reconocida por su tradición vitivinícola y el cultivo del verdejo. A las 13:00 horas, Domaine Belondrade abre sus puertas para albergar la actuación de Alberto Rosado, cuyo virtuosismo cautiva a los asistentes mientras se degustan los vinos más exclusivos de la bodega. Por la tarde, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, un templo que refleja la arquitectura y espiritualidad local, acoge a las 18:00 horas el recital de Pedro Luengo.
La jornada culmina a las 21:30 horas en Domaine Belondrade con el Liber Quartet, cuya interpretación de piezas clásicas y contemporáneas sella el día en un entorno donde el arte y el vino se funden en una sola experiencia.
Finalmente, el domingo 29 de junio la Abadía Retuerta, en Sardón de Duero, será el escenario del concierto de clausura a las 12:00 horas. Esta bodega, con un diseño arquitectónico vanguardista y una filosofía que combina tradición y modernidad, se convierte en el lugar ideal para cerrar el festival con la actuación de la soprano Iris Azquinezer, cuyo talento y expresividad elevarán el espíritu de los asistentes.

Más que un festival: un proyecto cultural con alma y territorio
Encuentros ArTe y ViNo es una iniciativa de la Fundación Belondrade que nace del deseo de fusionar las distintas manifestaciones culturales para ofrecer una experiencia integral al público. La idea es clara: no se trata solo de catar vinos, sino de conectar el vino con el arte y la música para crear emociones auténticas y duraderas.
Desde 2024, la incorporación de la bodega Abadía Retuerta al proyecto ha fortalecido esta filosofía. Abadía Retuerta aporta no solo sus instalaciones de primer nivel, sino también un compromiso firme con la preservación del patrimonio cultural y natural de la Ribera del Duero. Esta alianza ha permitido reforzar el vínculo entre el vino, el arte y el territorio, enriqueciendo la oferta cultural y ofreciendo una experiencia donde cada elemento —desde la tierra hasta la nota musical— está en diálogo.
El festival es, por tanto, un puente entre el pasado y el presente, entre la tradición vitivinícola y las expresiones artísticas contemporáneas, que invita a los asistentes a descubrir nuevas formas de conectar con la cultura de Castilla y León.
La experiencia sensorial: cómo el vino y la música se potencian mutuamente
Una de las claves del éxito de Encuentros ArTe y ViNo es la forma en que consigue que la música y el vino se potencien entre sí, creando una experiencia sensorial completa.
Cada concierto está acompañado de degustaciones de vinos cuidadosamente seleccionados de las bodegas anfitrionas. El placer de escuchar una pieza musical se combina con el disfrute de un vino que refleja el carácter del terroir, la historia y el saber hacer de la región.
Los asistentes experimentan cómo el sabor del vino puede amplificar las emociones que despierta la música, mientras que las notas musicales revelan nuevas capas de complejidad en cada sorbo. Esta simbiosis transforma la manera en que se perciben ambas formas de arte, convirtiendo el evento en una celebración del sentido y la sensibilidad.
Valladolid y La Seca, epicentros culturales en la Ribera del Duero
Más allá del festival, la elección de Valladolid y La Seca como sedes tiene un significado profundo. Valladolid, con su historia milenaria, su arquitectura renacentista y su vibrante vida cultural, es un escenario natural para eventos que buscan fusionar tradición y modernidad.
La Seca, por su parte, es uno de los pueblos más emblemáticos en la producción del verdejo, la variedad blanca que ha puesto a Castilla y León en el mapa mundial del vino. Su identidad está íntimamente ligada a la viña, y alberga algunas de las bodegas más innovadoras y reconocidas de la región.
La combinación de estos dos territorios en el festival crea una ruta cultural y enológica que permite al visitante sumergirse en la riqueza de la Ribera del Duero, un territorio que late con fuerza gracias a su patrimonio y sus gentes.