LO QUE SE CUECE

El Camino también se come: seis chefs, seis tapas y una parada en Palencia

El Camino de Santiago se saborea este año en formato mini.

Seis cocineros con estrella —y alma de peregrino— reinventan el trayecto más legendario de Europa con tapas nacidas en Palencia y sabor a territorio.

No todos los que caminan buscan redención. Algunos solo buscan una buena tapa. El Camino de Santiago, ese hilo histórico que atraviesa media Europa, se cruza ahora con la gastronomía más viva de Castilla y León. Seis cocineros, seis estilos y un mismo punto de partida: el Monasterio Real de San Zoilo, en Carrión de los Condes. Llega e-Tapas del Camino de Santiago, una ruta que se recorre con los dedos, a golpe de sabor, y con la brújula apuntando a Palencia.

En el Camino de Santiago se reza, se camina, se piensa y, ahora, también se come. Y no de cualquier manera.
La Diputación de Palencia ha decidido darle una vuelta gastronómica al itinerario cultural más famoso de Europa con una propuesta tan moderna como simbólica: e-Tapas del Camino de Santiago. Un evento que une tradición, territorio y vanguardia bajo una sola idea: el alma del Camino también puede servirse en plato pequeño.

El escenario no podía ser otro que el Monasterio Real de San Zoilo, en Carrión de los Condes. Allí, ayer lunes, seis cocineros de prestigio nacional e internacional dejaron su huella en forma de tapa. Cada creación, una historia; cada bocado, una versión comestible del espíritu del Camino. Todo, bajo el sello Alimentos de Palencia, la marca que defiende el producto local con orgullo y sabor de verdad.

La periodista Verónica Zumalacárregui fue la voz que guió esta peregrinación culinaria. Un evento con un claro propósito: revitalizar la hostelería palentina, reivindicar sus productos y demostrar que la innovación también tiene raíces.

Los seis del Camino

Los protagonistas son chefs con recorrido, con cicatrices de cocina y fuego en las manos. Cada uno aporta su mirada, su historia y su técnica para convertir la tapa en un manifiesto de identidad.

Miguel Cobo (Cobo Estratos, Burgos) encabezó la marcha. Dos soles Repsol, una estrella Michelin y una obsesión: la evolución humana como metáfora gastronómica. Cobo ha creado un buñuelo frito relleno de royal de setas y jugo especiado, donde el pichón y estos hongos asumen el protagonismo para presentar una receta muy ligada a la tierra.

Le sigue Juanjo Losada, del Restaurante Pablo (León). Su casa familiar renació bajo su mano y la de Yolanda Rojo, hija de los fundadores. En 2018 alcanzaron la estrella Michelin y los dos soles Repsol. En su tapa le ha dado todo el protagonismo al producto: escabeche de níscalos, cecina y miel. Losada explora las posibilidades de alimentos menos habituales en la cocina, como los líquenes o las hojas de pino, siempre dentro de una filosofía muy ligada al kilómetro 0.

Desde Galicia llega Lucía Freitas, la fuerza tranquila de A Tafona y Lume. Su cocina tiene una estrella, dos soles y un alma vegetal que late entre el mar y la tierra. Investiga, crea, enseña. Habla de sostenibilidad y de feminismo con los mismos ingredientes con los que cocina. La chef ha convertido un plato muy ligado a la tierra en un guiño a la cocina francesa con apellido palentino: un montblanc salado de fabas de Lourenzá, morcilla de Villada y setas.

Alvar Hinojal cocinero natural de Guardo (Palencia), que ha trasladado la cocina de su restaurante Alquimia a las e-Tapas. Su eclair de pato de Villamartín hace un guiño al trampantojo a través de una cocina desenfadada y que utiliza casi todas las partes del animal.  Una estrella Michelin, un sol Repsol y una ambición clara: que Palencia también suene en los radares del buen comer.

Andoni Sánchez, de Villa de Frómista, representa a la nueva generación. Fue elegido entre los 100 Jóvenes Talentos de la Gastronomía por el Basque Culinary Center, y su cocina es una conversación constante entre lo que fue y lo que puede ser. Así se intuye en la banderilla de lechazo churro palentino en la que el lechal se relaciona a la perfección con la leche, la harina y las verduras de la provincia.

Completa el sexteto Yovana González, del Mesón del Cerrato, heredera de una pasión familiar que se ha convertido en legado. Sus premios —Medalla de Bronce de la Cámara de Comercio, Cangrejo de Oro, Blasón de Turismo, Mejor Restaurante Tradicional de Castilla y León—. Presentó un buñuelo de manillas de lechazo Churro y queso del Cerrato, donde consigue que los tres ingredientes se mezclen a la perfección. 

El Camino se transforma en barra

Cada uno de estos seis chefs creó una tapa exclusiva con productos de Palencia. Ahora esas tapas podrán encontrarse en locales de hostelería del Camino de Santiago.
El resultado: una especie de ruta gastronómica paralela al Camino, donde los peregrinos cambian el bastón por el tenedor y los kilómetros por bocados.
Porque, seamos honestos, si algo puede hacerte olvidar las ampollas es una tapa bien hecha.

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